¿Viejo para empezar?
Ya estoy un poquito entrado en años pero continúo interesado en las artes marciales. Mi doctor dice que necesito hacer más ejercicio pero me preocupa mi espalda. ¿Algún comentario al respecto?
Muchos de los modernos sistemas de ejercicio físico pueden conducir al desarrollo excesivo de un área específica del cuerpo descuidando significativamente el resto, lo cual perjudica la correcta alineación del cuerpo. El físicoculturismo junto a los localizados ejercicios que se enfocan sólo hacia la obtención de una atractiva apariencia muscular, pueden interferir con la flexibilidad y ser una fuente de lesiones provenientes de repetir tantas veces los mismos esfuerzos. Aquellos obsesionados por un estómago plano que adquirieron el último artilugio para ejercicios abdominales, deben tener en cuenta que pueden echar sus cuellos o espaldas fuera de alineación debido a la falta de soporte muscular, o bien agravar problemas de discos o vértebras por medio del desgaste o torsiones en posturas inapropiadas, de las cuales se derivarán consecuencias muy desafortunadas para quienes sólo se iniciaron en un programa de ejercicio con el genuino interés de ponerse en forma. La tendencia a querer compensar un prolongado período de inactividad contribuye directamente al fracaso. Es importante comprender la composición muscular y ósea, de ligamentos y tendones, saber cómo se interconectan entre sí y entrenar entonces para corregir debilidades de una manera gradual.
Por regla general, las personas de vida sedentaria suelen permitir que sus abdómenes se aflojen, lo cual provoca a menudo dolores en la zona baja de la espalda debidos a la contracción de los fuertes músculos de la espalda que inducen una inclinación de la pelvis hacia abajo y atrás. Las personas más activas, en especial los corredores y ciclistas por ejemplo, pueden sentir una notable falta de flexibilidad en la zona lumbar cuando realizan ejercicios de estiramiento, pero en este caso son los músculos posteriores de las piernas los que están excesivamente contraídos e inhiben la capacidad para flexionarse hacia adelante para tocar el piso. Con mucha frecuencia, el alineamiento de pelvis y caderas puede echarse a perder de repente por medio de la contracción del músculo psoas, que discurre desde lo alto del muslo a través de la cadera hasta el sacro en la base de la columna. Cualquiera de éstas situaciones pueden causar la aparición de dolores de espalda o cuello, degeneración espinal e inhibir la movilidad, pero técnicamente no son en absoluto condiciones propias de la columna. Sin embargo, el desequilibrio prolongado y el desalineamiento corporal pueden sin lugar a dudas causar serios problemas en la columna sino se los atiende a su debido tiempo.
En la medicina oriental, muchas de las terapias y tratamientos comienzan con el retorno a la correcta alineación vertebral, así como también los métodos usados para su efectividad terapéutica. El Shiatsu (masaje de presión digital) y el Sotai (técnicas de manipulación suave combinadas con ejercicio natural), por ejemplo, persiguen el desbloqueo de la tensión corporal, recobrando el equilibrio en la adaptación de los músculos y los huesos y estimulando la energía vital para poder colaborar con la curación y el mantenimiento de un estado de salud activo. La Acupuntura y la Acupresión también actúan a partir de las fuerzas naturales del cuerpo.
Aunque el entrenamiento marcial se centra en la defensa personal junto a la prevención de lesiones, no pretende inicialmente convertirse en un arte curativa pese a resultar de gran de utilidad en el proceso de recuperación de ciertas lesiones, siempre tras el preceptivo diagnóstico profesional y el tratamiento apropiado. En este sentido, como el entrenamiento marcial incorpora desde el principio grandes dosis de autoevaluación y la subsiguiente toma de consciencia personal, a lo cual se suman las observaciones del profesor, su práctica se fusiona particularmente muy bien con los métodos terapéuticos orientales, que en general, enfatizan el tratamiento del cuerpo, la mente y el espíritu de la persona en su totalidad como base para su salud, en lugar del punto de vista del tratamiento sintomático de la enfermedad que con frecuencia se establece en la medicina occidental. Muchas de las modernas terapias alternativas basadas en el movimiento, como la desarrollada por Feldenkrais (el primer judoka cinturón negro de Europa), tomaron prestados los ejercicios más básicos del entrenamiento tradicional en las artes marciales, usándolos (a veces lentamente o modificados para una manipulación manual) como tratamiento de enfermedades o lesiones.
El entrenamiento de arte marcial puede ser recomendable como programa de ejercicios debido a la cualificada supervisión por parte del instructor, su enfoque progresivo, y el énfasis puesto durante su práctica en la mejora técnica y la correcta posición corporal. Paciencia, disciplina y habilidad para mantener el foco de atención aquí y ahora, en el instante presente, son otros de los beneficios brindados por el régimen de ejercicios de las artes marciales. En otros deportes o disciplinas físicas, los participantes pueden llegar a desanimarse o ser forzados a la discontinuidad si su objetivo o atmósfera competitiva no les permiten el progreso individual dentro del grupo. En este sentido, es importante que el profesor sea capaz de asistir a los estudiantes en la evaluación de lo que sucede con sus cuerpos durante el proceso del entrenamiento.